6 de diciembre de 2011

Pulmón del Mediterráneo

La Posidonia oceanica es nuestra planta acuática por excelencia. Es endémica del mar Mediterráneo y clave para su salud tanto dentro como fuera del mar.

Empezando por los fondos, las praderas de Posidonia proveen de oxígeno y producen biomasa para ecosistemas próximos y alimento a muchos organismos, además de ser un nicho en el que viven y se reproducen multitud de especies.

Desde la costa, las praderas de Posidonia hacen de barrera natural frente a las corrientes, y los residuos de hojas muertas que llegan a las playas previenen de la erosión costera, especialmente en invierno. Aunque estéticamente no guste, esa capa vegetal garantiza el buen estado de la playa.

A pesar de todo esto desde hace décadas la extensión que ocupan va disminuyendo y con ella todo el ecosistema que sustentan: flora y fauna marinas, y de forma indirecta, flora y fauna terrestres. Si los peces disminuyen, disminuyen las aves que se alimentan de ellos, disminuye la pesca, las playas se erosionan, y la calidad del agua empeora. Se trata de una planta sumamente beneficiosa para su entorno pero muy frágil.

Varias causas están amenazando esta especie, todas de forma más o menos ligada a la acción humana.

Por un lado la agresión directa que suponen la pesca de arrastre en zonas de praderas, los daños por anclas, por vertidos de hidrocarburos, detergentes y pinturas. En segundo lugar las construcciones costeras que actúan de barrera de las corrientes naturales y modifican la sedimentación. La instalación de desagües que liberan las aguas residuales al mar contaminan el agua, la eutrofizan, la enturbian y dificultan la fotosíntesis de estas plantas.

Por otro lado la Posidonia sufre la competencia de especies invasoras de algas liberadas accidentalmente en estas aguas. Estas algas, del género Caulerpa, son originarias del trópico donde su crecimiento es mucho más moderado debido a un hábitat en el que otras especies mantienen a raya su expansión.

Hacia los años 80 se popularizó la importación de especies de algas tropicales a oceanográficos de Europa para su estudio y exposición. Según la ISSG* se cree que un fue gesto irresponsable del Oceanográfico de Mónaco al abocar desechos procedentes de la limpieza de algunos de sus acuarios que habían sufrido una infestación por algas, lo que desencadenó la expansión de la Caulerpa. Ésta se adaptó rápidamente a las aguas más frías y está resultando una plaga allá donde se establece, ahogando hábitats enteros.

A pesar de la declaración de Patrimonio de la Humanidad que recibió la pradera que se encuentra en la zona de Es Freus, ésta y otras continúan minando. Hacen falta aproximaciones desde todos los flancos: plagas, fondeos, pesca, etc.

De poco sirven los papeles escritos si no hay conciencia de esta lenta pero inexorable asfixia.


Posidonia, por Casandra
* Invasive Species Specialist Group

2 comentarios:

  1. a mí sí que me gustan estéticamente las algas en invierno en la costa : )

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  2. Invierno en la playa ; ) Gusta a quienes saben disfrutar de ello.
    Pero aun hay "tareas de limpieza" ante la inminencia de bañistas a principios de verano.

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