22 de octubre de 2011

Defendiendo el cuerpo (II)

Existen numerosos movimientos que se oponen a la vacunación. Este rechazo puede deberse a motivos religiosos (y en ese caso, poco hay que discutir aquí) o éticos, por considerar que la vacunación obligatoria como una intromisión del gobierno en una cuestión que debería ser de elección personal, como expresión de libertad individual. Existen otras personas, la mayoría, que se muestran preocupadas por la seguridad o eficacia de las vacunas. O por la verdadera necesidad de éstas.

Aquí mis comentarios.

De su obligatoriedad:

Sobre la obligación de vacunarse, según lo que he podido traducir -y que me corrija quien sepa más de leyes que yo- de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, "las vacunas contra la viruela, la difteria y contra infecciones tíficas podrán ser declaradas obligatorias por el gobierno cuando, por la existencia de casos repetidos de estas enfermedades o por el estado epidémico del momento o previsible, se juzgue conveniente. En todas las demás infecciones en que existan medios de vacunación de reconocida eficacia total o parcial y en que esta no constituya peligro alguno, podrán ser recomendados y, en su caso, impuestos por las autoridades sanitarias". Es difícil delimitar eso de "no constituir peligro alguno", ¿peligro si implica riesgo de muerte?¿o cosas menos severas ya valen?
En otro punto de la ley (artículo 10.9) indica en qué casos podemos vernos privados de nuestro derecho a negarnos al tratamiento. De ésto deduzco que salvo casos excepcionales o de epidemias inminentes, uno puede negarse a ser vacunado o a vacunar a sus hijos, sin que vaya en contra de la ley ni de sus derechos.

De su composición:

Sí que podemos conocer la composición de las vacunas (ejemplo). El prospecto es tan detallado como el de cualquier otro fármaco. Y a pesar del argumento de muchos detractores de la presencia de mercurio en la composición, de los prospectos que he revisado ninguno contenía, aunque sí reconocían el uso de aluminio como adjuvante pero parece que no hay datos que demuestren su toxicidad. Si no reunimos los conocimientos necesarios para evaluar por nosotros mismos si la dosis y composición son adecuadas -lo que es habitual-, no queda más que confiar del mismo modo que confiamos en la composición de la aspirina. E incluso si tuviéramos ciertos conocimientos, si no disponemos de las herramientas para verificar de forma directa (en un laboratorio) la información que nos dan, continuaríamos fiándonos de lo que nos dicen, aunque en un nivel de conocimiento mayor. 

De su eficacia y seguridad:

Existen vacunas a las que los años de uso "avalan" su eficacia e inocuidad. Pero cada día aparecen nuevas vacunas y nuevas tecnologías. Que las veteranas no conlleven riesgos mayores no nos permite abrazar ciegamente a las nuevas. Aunque es verdad que las metodologías para testar la calidad y seguridad de las vacunas han ido desarrollándose a la par que éstas, y actualmente disponemos de pruebas capaces de detectar riesgos potenciales con una sensibilidad imposible hace unos años. Estas nuevas técnicas han detectado algunos contaminantes de vacunas que suscitan preocupaciones teóricas en relación con su inocuidad, pero parece que su presencia entraña menos peligro que el hecho de dejar de administrar la vacuna. No creo que ni los propios fabricantes hayan afirmado que sus vacunas sean perfectas. Las vacunas no son perfectas, ni las personas vacunadas están exentas de enfermar. Generalmente se escoge la vacuna con mayor espectro de acción y menor número de efectos secundarios. Pero como en el resto de medicamentos esto puede variar de paciente a paciente.

De su efectividad:

Las vacunas suelen ir dirigidas a enfermedades infecciosas y tienen, por eso, una inmunización doble. Por un lado disminuimos la probabilidad de contagiarnos nosotros al tener las defensas mejor preparadas y por otro lado estar rodeado de gente vacunada dificulta la presencia del agente infeccioso en nuestro entorno. Es lo que se conoce como la inmunización de grupo y que según opinan los más favorables a las vacunas es lo que mantiene protegidos a los bebes que aún no están en edad de ser vacunados y lo que baja todavía más la incidencia entre el resto de la población. Además, el que una enfermedad tenga una presencia nula en un país no implica que no esté presente en otra región del planeta, y que el patógeno pueda desplazarse de un país a otro a través, por ejemplo, del turismo. Por eso hay vacunas que aún se suministran aunque no se registren casos en ese país. 

De su necesidad:

Muchos provacunas recurren al argumento de la disminución de la tasa de mortalidad paralela a la aparición de las vacunas. Es verdad que a la vez hubo una mejora de las condiciones higiénico-sanitarias que ayudó mucho, mucho, en esto. Pero para aquellos en contra, hay que reconocer que existen enfermedades que sólo mejorando dichas condiciones no hubiese sido posible erradicar, como la polio.

Y no soy la primera en indicar que no todas las enfermedades (y sus respectivas vacunas) pueden ponerse en el mismo saco. Existen enfermedades con una severidad y una letalidad tales, que los posibles efectos secundarios que conlleve vacunarse aún no hacen decantar la balanza hacia el "no". Por ejemplo, en el caso del tétanos. Creo que la severidad de la poliomielitis o del tétanos frente a la de un sarampión o una alergia no son comparables. Luego entra en juego una decisión más personal sobre si es necesario que "pasemos" por el sarampión cuando podemos vacunarnos directamente. 

Pero la "vacunitis" tampoco es buena y sin ponernos conspiranoicos no hay que olvidar que detrás de la Salud también hay empresas y, mejor llevado o no, existe un conflicto de intereses entre farmacéutica-médico-paciente. Estar totalmente sanos no es lo más rentable para las tres partes. Y si con los problemas serios no se puede jugar, cada vez hay más medicamentos que satisfacen necesidades creadas, "enfermedades" poco serias dirigidas a sanos enfermos (otra versión de hipocondría). Y, ¿quién dice que las vacunas no entren dentro de este terreno pronto?

En algún informe del Global Advisory Committee on Vaccine Safety, entidad de la OMS que monitoriza la seguridad de las vacunas durante las fases clínicas y posteriores hay descritos algunos estudios que fueron llevados a cabo con fondos de Merck y GSK, gigantes y omnipresentes farmacéuticas. Generalmente sirven de refuerzo para otros estudios, pero ahí están. Y los avala la OMS. Y la OMS avala casi todo lo demás en temas sanitarios. Así que o no nos fiamos de nada (ni de aspirinas ni de vacunas) o la opción mas razonable es que sin volvernos locos, guardemos el ojo crítico, el lugar a la duda y el sentido común. 

Vacunas, por Casandra

4 comentarios:

  1. Tema clau que calia tractar. Des del meu punt de vista, és innegable els interessos econòmics que mouen les farmacèutiques, però és que són empreses i HEM D'ACCEPTAR AIXÔ, encara que ens suscita molta incredulitat. Les vacunes no són perfectes, com qualsevol creació humana i cada individu respondrà diferent a la vacunació, i per tant, que apareguin casos de reaccions adverses no és perillós, sinó que cal avaluar si aquest número de reaccions adverses és significatiu en el total de població. El gran problema de la indústria farmacèutica és que es tracta d'inversiona d'un gran risc, cosa que la majoria de població desconeix i sinó es negocia amb elles per tal de poder dirigir la seva política quan cal invertir en una malaltia, potser menys prevalent i que donarà menys beneficis, serà impossible fer confluir els interessos de la societat i els de la indústria. La salut no hauria de ser un negoci però sinó és així, no serà viable i ambdues parts hauran de cedir, i per mi, el primer pas és veure que la salut és una indústria que cal promoure, estimular i sí, amb ull crític, veure si el seu futur és qüestionable o no.

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  2. Si, hi ha ha casos on em resulta més evident això que dius, per exemple, amb malalties molt serioses com el tetanos o la polio, per molt que s'hagin descrit casos on la cosa no va anar bé, em sembla que tot i així val la pena posar-se-la. Però, que hi ha de les vacunes per les grips? i les de les alèrgies? entrem en un terreny més fangós...
    Merci per aportar! : )

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  3. ¡Hola Casandra!, encantada de conoceros a tí y a tu blog. Me parece tus posts son muy interesantes.

    Con respecto a las vacunas estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista y me parece si bien el tema de las vacunas es algo serio, sobre todo en relación con enfermedades con un riesgo alto de mortalidad, tampoco es para vacunarse por cada alerta mediática sin tener toda la información.

    Muchas gracias por toda la información

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  4. Hola Zaida,

    Me alegro que mi blog te haya gustado... ni que sea la mitad de lo que el tuyo me gusta! ;)
    Espero que puedas encontrar información útil en él y que te siga pareciendo interesante de aquí en adelante.

    Te mando un abrazo :)

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